Diana Wolkowicz

Trabajé muchísimo años con Cecilia Maidagan en el Centro del Desarrollo Infantil de Rosario.
La he escuchado desde aquel entonces transmitir una clínica de la que fue pionera en Rosario en los años de recuperación de la democracia, donde la práctica de la Estimulación Temprana era desconocida aún. La escuché explicar el desarrollo normal de un bebé como nadie lo había hecho en los años de la oscura facultad que cursé durante la dictadura y la escuché hablar de las patologías de los bebés y niños pequeños que atendía sin que nunca perdiera de vista al bebé o niño en singular, con su historia, sus dificultades y posibilidades.
Escuché sus exclamaciones desde el consultorio de al lado para que un niño se pare o la mire o camine hacia sus padres.
La escuché relatar su trabajo en la neonatología del Hospital Italiano, donde organizó un espacio diferente para los bebés prematuros y le pedí que me cuente más veces aún como le hablaba en la incubadora a un bebé de apellido Guevara, diciéndole que con ese nombre no se podía rendir. Y la escuche fascinada contar como cuando la mamá de Ariel le cantaba, mejoraban los parámetros del respirador de su bebé.
También la escuché explicar una y otra vez que en la estimulación temprana no se trataba de ninguna estimulación en el sentido conductista del término, sino que se trata de intervenciones tempranas que habilitan a que los padres puedan, como nos da a entender el nombre de este libro, hacer su apuesta por el recién llegado al mundo.
Por todo esto, por el valor clínico y epistémico que tiene su trabajo, espero ansiosa la lectura de este libro.
 

Diana Wolkowicz - Psicoanalista del Centro de Desarrollo Infantil